¿Escuchaste alguna vez decir a algún hombre que TODAS sus exnovias estaban locas?. TODAS. ¿Todas?.
Bendito el, pobre. Qué mujeres tan malas le tocaron. Cuando conocí a mi ex me contaba que su ex era una bruja que estaba loca y cuando pasó el tiempo lo oí decir lo mismo de la otra y de la otra. Y hoy habla igual de mi.
Yo estaba convencida de que esas mujeres eran unas brujas y el tipo un pobre hombre al que YO había llegado a salvar de estas locas de atar. Hasta que un día por azares del destino tuve la fortuna de hablar con una de esas a las que el llamaba “loca” y fue cuando me di cuenta que no lo era. Era sólo una mujer. Como yo. Una mujer con sentimientos, una mujer que busca un amor bonito, una mujer que ha luchado mucho y una mujer que alguna vez se enamoró hasta la médula del mismo hombre que yo y sobre todo una mujer que también tuvo el corazón partido como lo tuve yo.
La forma en que un hombre se refiere a otras mujeres, es la forma en que en un futuro hablará de ti. La forma en que tu te expresas de otras mujeres es la forma en que hablas de ti misma.
Y si en vez de desquitar tu furia en contra de la ex o de la nueva novia, revisas ¿cómo estás tú o lo que no funcionó entre tú y el?. No se trata tampoco de juntas contra ellos. Se trata sólo de reconocer que destruir a otras mujeres aunque sea con el simple acto de hablar mal de ellas, no te construye, te destruye como mujer. Gastas más energía en stalkear a sus novias y exnovias que en construirte a ti misma.
Una mujer celosa quizás tenga un motivo de desconfianza y si está bien o no serlo, es un problema suyo, no hay que juzgarla. Una mujer que hace alguna locura quizás es una mujer con el corazón roto y no está bien juzgarla. Detrás de cada historia de amor hay dos versiones y sólo ellos dos la conocen.
Y no sólo se trata de las exnovias de tu ex, se trata de todas las mujeres en general, tus amigas, tus examigas, tus compañeras de trabajo, las amigas que haces en la fila del baño de un bar, las mujeres del grupo de Facebook, a las mujeres que levantan la voz, las que denuncian algún abuso, las que no son escuchadas.
¿Por qué en vez de levantar la voz para apoyar a otras mujeres, las juzgamos por sus acciones? Usaba minifalda, lo conoció en Tinder, ella le coqueteaba, es una puta, iba borracha, salió sin su marido. Las mujeres no son mis enemigas, se trata de luchar con ellas, no contra ellas.
Respeta tu forma y su forma de ser mujer. Cuando denigras a otras mujeres en realidad le gritas al mundo que estás más preocupada por la competencia que por tu propio entorno. Mientras tu sepas quien eres no hay nada qué demostrar ni nada por lo qué competir.
Las mujeres fuertes son las que se construyen unas a otras no las que se destruyen entre ellas. No está bien ni despedazarnos, ni hacernos daño.
Y ¿si en vez de ver a las mujeres como rivales, las empezamos a ver como compañeras? . No sabes la tranquilidad que te dará. No tienen que ser amigas si no quieres, pero si compañeras, y esto te hará vivir más tranquila.
Es algo que debemos practicar todos los días, mujeres defendiendo a otras mujeres. Y no tiene nada que ver con odiar a los hombres, se trata de tener más tranquilo el corazón.
Hace poco escuché un término que va con todo esto: SORORIDAD
Según internet la sororidad es un término derivado del latín “soror” que significa hermana. Sororidad es un término utilizado para referirse a la hermandad entre mujeres con respecto a las cuestiones sociales de género.
Sororidad para encontrar fuerza entre nosotras. Sororidad para ayudarnos. Sororidad para vivir en paz.
Que nunca más nos enfrentemos a otras mujeres y menos por un hombre. Que nunca más nos enfrentemos a otras mujeres por un prejuicio. Dicen por ahí que más vale silencio que veneno. Que nunca nadie te llame loca y que nunca llames loca a nadie.
Aprendamos que la de al lado es mi compañera no mi enemiga.
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