Decía Buda que “la raíz del sufrimiento es el apego”, y es que una de las muchas maneras que tenemos de generarnos infelicidad y depresión es aferrándonos a pensamientos, sentimientos y personas.
Por eso, hay que aprender a soltar y fluir con la vida y el universo. No hay ningún manual para ello, pero espero que estas palabras desde el corazón te ayuden un poquito a dejar ir y, de paso, también me ayuden a mí a recordar por qué siempre es mejor fluir con la vida.
1. Acepta.
Aferrarte a algo, no te deja nada más que una pérdida de energía. Aferrarte te perjudica y no te deja crecer y ser tal como eres, sufres. Así que acepta la situación. Acepta que no puedes cambiarlo y que es tu ego el que te hace creer que puedes modificar la realidad para adecuarla a tus deseos.
2. Agradece.
Quítale lo negativo a la situación y presta atención a la lección que te está dando. Aprende. No preguntes por qué, si no para qué: eso te dará las respuestas que necesitas. Dale las gracias de corazón a ese que te dejó, hay personas en tu vida que sólo llegan para que aprendas a dejar ir. Todas las experiencias nos dejan algo, y hay que aprender de ello sin retener al mensajero.
3. Nada es para siempre.
¿Recuerdas aquel diálogo de Alicia en el país de las maravillas?
Alicia: ¿Cuánto tiempo es para siempre?
Conejo blanco: A veces, sólo un segundo.
Pues eso. En serio, el sufrimiento se irá, como se va todo. Y si fuiste feliz antes de tenerlo, lo serás después de que se fue, llámese amante, trabajo o lo que sea que se haya ido de tu vida.
4. Confía.
El universo tiene preparado algo mejor para ti. Deja que la vida te lleve a un mejor futuro. Los cambios son progreso. Cuando confías y sueltas, creces. Y es lo que necesita tu corazón.
5. Fluye.
Respira y fluye. Deja que el destino te lleve. Quita lo que te estorba y entra en sincronía con la vida, no vayas en contra de ella. No fuerces las cosas. Deja de buscar respuestas, la solución simplemente surgirá. El universo tiene un plan perfecto para ti.
6. Siente.
Déjate llevar por el corazón, no por la mente. Soltar es sostenerte en la certeza de tu corazón y dejar ir las expectativas. No esperes a tener la aprobación de los demás, o la razón, simplemente hazle caso a tu corazón, eso te ayudará a soltar.
7. No olvides, perdona.
No se trata de que olvides. A menos que existiera la máquina de Eternal Sunshine of the Spotless Mind que borra los recuerdos no lo lograrás. Pero si conviertes el dolor en fuerza y la tristeza en aprendizaje, lo estarás superando. Hazlo con el corazón y estarás perdonando.
8. Limpia.
Imagina que tienes un clóset repleto de ropa y zapatos que has acumulado durante muchos años. Llega un momento en que el clóset explota y se desborda, además de que ya no puedes meter ese vestido negro que te encantó porque no cabe. Lo mismo pasa con tu vida, te aferras tanto a ese patán que no te quería, que cuando quieres meter a ese guapo que te trata increíble, no hay espacio en tu corazón. Entonces, ¡limpia! Limpia tu corazón de tanta porquería, no acumules malos sentimientos de por vida. Deja espacio para algo diferente, pero mejor, con otros nombres, en otras formas, en otro tiempo.
9. Suelta.
No dejes que tu felicidad la controle algo que no puedas controlar. Si no sueltas el pasado, no ha pasado. Dejar ir es dejar llegar. Deja espacio libre para lo mejor de tu vida.
10. Aprende cuándo llega el final.
A veces parece que es para siempre el tiempo en que tardarás en soltar algo, pero todo pasa, esto también. Sea lo que sea que te esté haciendo sufrir, pasará. Un día te sorprenderás a ti misma viendo que ya no lo extrañas, ya no sientes un vacío en tu corazón y entonces un día, sin que te des cuenta, todo comenzará de nuevo y tu sexy sonrisa volverá a ser la dueña de tu vida. Todo estará bien al final, y si no está bien, entonces no es el final.
Toda la energía que inviertes en sufrir por todo lo que pudo haber sido y no fue es la que estás perdiendo para vivir y ser feliz. Si alguien no te quiere y te deja, te está haciendo un favor, porque te permite ir hacia el amor verdadero. Lo mismo ocurre con un trabajo, o con cualquier cosa. Si se van de tu vida, es siempre porque necesitas algo mejor.
Imagina que eres una niña dejándose caer de una resbaladilla, riendo a carcajadas. Suelta, y experimenta la libertad de haberte soltado tú también. Soltar te hace dueña de tu vida.
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